Una marca blanca, también denominada marca del distribuidor, es una marca perteneciente a una cadena de distribución (generalmente, híper o supermercado, pero también de gran distribución especializada) con la que se venden productos.
En ocasiones, grandes o primeras marcas muy conocidas crean una
segunda marca de más bajas prestaciones y a un precio más económico de
adquisición para el consumidor, de esta forma dichas grandes marcas
consiguen acaparar todos los sectores económicos del mercado sin
vulgarizar su primera marca lanzando al mercado productos de más baja
calidad o prestaciones con un coste de adquisición más económico que su
primera marca.
A los fabricantes de marcas blancas no interesa relacionar dichos
productos de bajo coste a la primera marca que estos tienen, o
simplemente no les interesa darse a conocer en el mercado mediante
productos de bajo coste que suelen ser los productos de marca blanca.
Las marcas blancas se han considerado tradicionalmente una estrategia B2C (abreviatura de Business-to-customer, ‘del negocio al cliente’, en inglés). Además, las tiendas descuento apuestan por las marcas del distribuidor con una mejor relación calidad/precio.
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