A lo largo de los últimos años, el concepto del almacén ha ampliado su ámbito de responsabilidad dentro de la gestión logística. Actualmente, un almacén se debe considerar como un centro de beneficios donde se desarrollan una serie de procesos relacionados que van desde el planeamiento, recepción, almacenamiento, culminación de ciertos procesos productivos, la entrega de productos y su control. En un almacén, adicionalmente a los inventarios, se invierte en las instalaciones, recursos humanos, tecnológicos y en los utilizados para efectuar el mantenimiento y manejo de materiales de la manera más efectiva posible. Es en este contexto que para gestionar adecuadamente los almacenes resulta vital el tratamiento y utilización de la información, que es la que orienta el flujo y almacenamiento de los materiales, por lo que la administración deberá evaluar la alternativa de automatizar sus operaciones con sistemas y soluciones tecnológicas o tercerizarlas, buscando permanentemente mejorar l